terça-feira, 28 de dezembro de 2010

La madre...

Tus brazos siempre se abren 
cuando necesito un abrazo. 
Tu corazón sabe comprender 
cuándo necesito una amiga. 
Tus ojos sensibles se endurecen 
cuando necesito una lección. 
Tu fuerza y tu amor me han dirigido 
por la vida y me han dado las alas 
que necesitaba para 
volar.

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